sábado, 28 de julio de 2012

Los Cumples del Ayer!!!



Todo Dominicano tiene en su historia los cumpleaños cuando niño (carajito), donde los viejos de uno le ponían el flu de los domingos y nos mandaban con un regalito, que nunca sabías lo que era, para llevarle al festejado. 

Los cumpleaños tienden a dejar traumatizados a muchos niños, he sabido de adultos que ven un payaso y salen corriendo o se quedan tieso y ni el habla les salen, quizás cuando niño, algún payaso le pego tal susto que los dejo marcados o simplemente los mismos padres le metían miedo, utilizando el payaso como la versión cuco más animada y colorida.

No solamente ocurre eso, también existe el famoso soborno, desde chiquito cuando la tía loca que anima el cumpleaños, salta con la frase: “El que no baila no come bizcocho”, que cuerda me daba esa frase y quizás a muchos niños más, uno que llega con el cocote hecho de  comerse el bizcocho, embarrarse de suspiro todos los labios e intentar quitárselo con la lengua y en caso de no lograrlo recurrir al mágico dedo, que todo lo ayuda.

Otro miedo de niño, era que practicaras algunos pasitos de merengue y luego te ponen a bailar obligao con las muchachita más cercana, y la carajita te sale más tiesa que la momia negra de relámpago Hernández y adiós ensayo del baile, ya que todos te ven como un baila malo, pero también puede ser peor que la carajita que te ponen a bailar diga: “Yo no quiero bailar con el” y niña al fin lo dice de la forma más delicada (voceao), después se preguntan, porque los hombres no sacan a bailar a las mujeres cuando adultos. 

Nunca faltaba en los cumpleaños el bizcocho de Vinicio á Nitin, refresco rojo y uva, el confeti que después que se hacia el reguero, se le veía mala cara a la persona que le correspondía limpiar después del cumpleaños. Los famosos gorritos de cartón, que no eran autos ajustables, ya que estaban diseñado para una cabecita por no decir normal y aquellos con la cabeza un poco más grande de lo normal recibían el fuetazo de una gomita al romperse y la burla de muchas veces ni poder ponerse el gorrito ese, porque siempre se rompían en el intento.

Luego llegaba el mejor momento de todos, la piñata, era el mejor momento para agarrar la mayor cantidad de dulces, que al final tus padres después de tanto esfuerzo, golpes, empujones, aruñones,  no te dejaban comértelo todos por la gran cantidad de azúcar ingerida, siempre te la guardaban para otro momento y nunca aparecía porque le hacían coca en la casa los demás hermanos.

Es una etapa caótica pero hermosa, son experiencias adquiridas muy buenas, ver tus amiguitos, fuñir en cantidad, bailar, hasta que logras tu cometido, quedar explotao y sudado que tu madre diga: “Estas más sudao que un loco o perro”, aunque a sinceridad nunca he visto a ambos sudado o que te digan que hueles a chinchilin.  

Luego viene el proceso de un buen baño, con un musu o con un trapito para quitarte el sucio adquirido o intentar aclararte más de la cuenta.

Siempre recordare a todos los cumpleaños que me invitaron cuando pequeño y a ustedes como las pasaban? Algún recuerdo? 

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