Hace dos años parado en el altar de la iglesia dije: “Si, acepto”, las palabras salieron con el estomago cerrado, el corazón acelerado, con Nelson diciéndome relajando que tenía el vehículo preparado para huir, el mismo Padre Robert preguntando, si estábamos seguro de la acción tomada y la sensación de felicidad que solo pueden atenderlas las personas que se paren allí.
Quizás por el tipo de sociedad donde vivimos, donde todas las personas inmediatamente se enteraron que pensaba casarme, me daban el pésame. Me decían que si lo había pensado bien, que aun estaba a tiempo de darle para atrás. Donde la palabra matrimonio es sinónimo de suicidio, o peor aun donde pierdes la libertad de todo.
Pues solo les diré que gracias a todos por preocuparse, todo ha salido de maravilla, la mujer que me ha acompañado estos últimos 730 días, 16 horas y 24 minutos ha sido la mejor, quizás porque aun estamos de luna de miel, pero el deseo de ambos es que siempre sea una luna de miel.
Hasta ahora todo se ha basado en la comunicación, respeto mutuo, comprensión y amor. Dos años completamente feliz, no se imaginaran cuanto, sonara cliché pero si hubiese sabido que las cosas irían así me hubiese casado mucho antes, jejeje…
Si hoy me preguntaran nuevamente en el altar diría, “SI, ACEPTO”, sin titubear, sin nerviosismo, sin que me suenen las tripas, solamente con la sensación de que seré cada día más feliz, junto a ti.
Feliz aniversario y espero que Dios nos bendiga y nos permita pasar muchos años juntos.
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