Andar a pies (no tener vehículo) en Santo Domingo es algo cotidiano, el dominicano tiene que jondeársela como sea, es decir, buscar la forma de cómo moverse ó transitar en la ciudad. Yo utilicé todos los medios posibles que pueda brindar la ciudad dígase: Carros de concho, voladoras, banderita, onatrate y el más audaz de todo motoconcho.
Les narro tres anécdotas y algunas observaciones (meditaciones) mientras lo utilizaba.
1ra. Intento de Atraco.
Me dirijo a la avenida para montarme en un carro público saliendo del trabajo, cansado, con hambre, no fue un buen día, el carro frena y observo detenidamente que este bien rotulado, chofer sudao (indicando que es chofer de verdad) y de paso una mirada rápida a los pasajeros (dos hombres atrás y una mujer delante), decidí montarme delante. Le pago al chofer y me quedo mirando a la joven que está a mi lado, de una forma no muy amigable por el pésimo día que tuve, ella mirandome con una sonrisa medio picara e intentando ponerme tema. “ Donde trabajas? Que haces? Casado?, etc” Mientras me preguntaba cómo no le hice mucho caso, comienza a quejarse, que estoy muy gordito y comienza a moverse, ella con funda en mano, cual joven salida del supermercado, comienza a moverse cada vez más, como si tuviera chincha (pájaro raro que pica durísimo) y de repente siento esta mano dentro de mi bolsillo del pantalón y pensé: “C#$% me van a atracar que suerte la mía” y como estaban tan enojado ese día que sin pensarlo dos veces le dije a la tipa: “Chama si me lo paras me lo bajas y los últimos 10 pesos que tenía se los di al chofer, así que tú mano allí dentro solo encontrará tela y más abajo una sorpresa”
La mujer saco su mano inmediatamente y la sonrisa picara se desapareció por arte de magia, no puedo describir bien que digamos, le creció la nariz y los ojos se agrandaron, me dijo algunos insultos no publicables, acompañados de la frase: “No soy ladrona y mucho menos un cuero”, Le dice al chofer: ”Párate aquí” y yo procedo a desmontarme para que ella se baje del auto y no hice yo salir bien del vehículo, cuando el desgracio chofer arranco rapidísimo, subieron sus cristales, doblaron en la primera equina, quizás a buscar otra víctima. No me devolvieron mis 10 pesos, no me dejaron cerca de mi casa, pero por suerte no me atracaron. Faltaban como 10 cuadras para llegar a la casa y decidí mejor caminar por plena 27 de febrero para concluir la mala suerte de ese día.
2da. Mi hombro acolchado
Era un sábado cualquiera donde tenía que entrar a trabajar a las 7:00 AM, salgo bien temprano de mi casa, día medio nublado, es uno de esos sábados que tientan a quedarte en tu casa acostado, arropado o simplemente ligero de ropa viendo TV sin hacer nada o aprovechando la vida de casado. Me monto de primero en mi biónico (carro de concho) y detrás de mí se monta una joven que salía de su trabajo (casino), estaba cansada, agotada, nos dirigimos desde la duarte hasta pintura en un expreso (eso significa que toman los elevados y túnel y se paran después de la Dr. Defillo), saliendo del elevado me doy cuenta que la joven va durmiendo y en uno de esos cambios brusco de carril que hace el chofer la cabeza de la mujer cae en mi hombro, yo delicadamente trato de echarla a un lado y de repente el chofer con el tacto que los caracteriza salta: “Ya eso es suyo caballo!” yo le digo no amigo, ni la conozco y el responde mejor así y ella de repente despierta y me dice, que mi hombro es acolchadito y me piropea el perfume pero de repente se escucha un silencio y dice: “Ay te moje el hombro!” solo atine a mirarle la frente y me doy cuenta que no está sudada… Mierda la jeva me babeo en un ratico por suerte que andaba con pañuelo y que siempre uso franela. La pobre muchacha no encontraba donde meter la cabeza de la vergüenza.
3ro. Motoconcho novato
Iba de camino a visitar a unos amigos y siempre en la entrada me montaba en un motoconcho para no caminar mucho, un día veo a una persona joven, el único motoconcho disponible era un Honda C50, in plásticos (lo como normal) yo sin pensarlo dos veces le digo hacia donde voy, me monto en mi motor y el tipo acelera.
Joven al fin, pasa todos los cambios rápidos y de buena a primera cuando va a doblar la primera esquina el motor se le calibro, yo quede parado como un guanajo (Gracias a Dios) medio a medio en la calle y el pobre motorista fue a parar al contén del colmado en la esquina, la risa y el relajo que le tenían al pobre muchacho era hasta contagiosa. Le dije: “viejo sabes mejor me voy caminando, debes aprender a usar el motor”, le pague por el servicio no prestado pero hizo el intento y por suerte a ninguno de los dos nos paso nada. Allí entendí el motivo por el cual el motor no tenía plásticos puestos, si vivía el pobre en el piso. Solo pensé si algo me hubiese pasado la doña me daría mi par de pezcosones en el mismo pelao o lleveo acompañado de su sermón con la frase más odiada por los hijos que provenga de los padres “Te lo dije” ó “no inventan nada bueno”
Las reglas de oro observadas por mi son:
· El gordito paga doble? Escuche esta frase varias veces.
· Atrás van 4 pasajeros si es un carro y El tercero debe echar hacia delante para que esto pueda ser posible y muchas veces clavar las rodillas en el asiento de adelante. si es un caprise classic van 5 al igual que una guagüita (voladora) ó 6 si es una de las azules.
· Los choferes tienen un don de mirar con la mano, tu le dices mire chofer y automáticamente mandan la mano hacia atrás.
· Existe un lenguaje único entre chofer y cobrado. El cobrador le avisa al chofer dándole un golpe a la guagua cuando debe parar a buscar pasajero, con otro golpe a la guagua cuando debe acelerar o arrancar, con otro golpe a la guagua cuando debe meterse al carril, en fin creo que se queda sin mano el malvao cobrador.
· El cobrador que en realidad debería ser voceador es quien se encarga de decir la ruta que sigue la guagua, también de organizar los pasajeros haciendo realidad que un bus de 25 pasajeros puedan entrar 40 pasajeros, logrando imitar cualquier acto de malabarismo al poner la mayor cantidad de personas en equilibrio paradas en el pasillo y puerta de la guagua incluyéndolo.
· El cobrador es el encargado de poner apodos a las personas al momento de montarlas, “Te quedas gordito”, “morena esta es tu guagua, sube que no quedan más”, “Rubia vete aquí pa que goce”, “Flaco agárrate bien, que voy rápido”.
· El cobrador estudia sicología hace que las personas aunque vean que la guagua este llena sigan montándose: “Está es la ultima guagua”, “sube que ellos se quedan allí”, “sube que piensa llover y te vas a mojar” hasta que logra su cometido y sube a las personas.
Para concluir también los cobradores fundamentan el trueque, sino tiene menudo te devuelven con mentas y chicles del año uno, ahhh pero no intentes hacerle lo mismo porque te apean de la guagua. Mejor aún ellos pueden deberte dinero para pagarte la próxima vez que te suban (es lo que dicen) pero cuidado si haces lo mismo, ya que te pueden recordar la madre y demás familiares.
Si usted nunca se ha montado en una voladora le invito hacerlo pero antes debe tomar en cuenta que: cuide su cartera, su celular, pague con menudo para que no lo insulten, y que usted llegará al lugar estrujado y si tiene suerte quizás no se le pegue un bajito a sudor o grajo.
Anímate y date un baño de pueblo, sale barato y ahorras gasolina !!!
Viejo y eso que ahora son mejores tiempos, ahh como recuerdo con añoranza aquellos días a las 6:45 a.m. camino a la UASD en la dichosa banderita, aquellas pintadas de rojo, blanco y azul, en la ruta que va por la prolongación 27 hasta la Av. Duarte y si mal no recuerdo algo más allá. No había un día en el que la dicha no nos bendijera con un grupo que al parecer tenía cierta desconexión con el baño matutino y el respeto a las narices de los que habíamos madrugado para llegar a tiempo a la UASD.
ResponderEliminar